lunes, 26 de julio de 2010

Título: “Queja al Rey de España”

Cuando el circunstancial presidente Eduardo Duhalde buscaba en la confusión de los “corralitos”, quien esto escribe, el 11 de julio de 2002, hacía conocer al Rey de España, la siguiente transcripción textual:

A su Majestad el
Rey de España
Don JUAN CARLOS DE BORBON,

De mi mayor consideración:

En mi carácter de ciudadano argentino, cuyos datos filiatorios consigno al pié, tengo el agrado de dirigirme a Su Majestad, con el objeto de hacerle llegar los antecedentes que, por distintos medios y antes he puesto en conocimiento del señor juez doctor Baltasar Garzón; del señor Presidente del Banco Bilbao Vizcaya, don Francisco González Rodríguez; del Director del diario El País, don Jesús Ceberio; de los señores Accionistas del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y de otras instituciones.

Mi intención, Su Majestad, en un compromiso asumido de total y absoluta libertad es expresar el sentimiento de inocultable contrariedad y de repudio, a la actuación del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria Banco Francés S.A. de Argentina del cual es accionista y responsable el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria de España, al deshonrar sus obligaciones al amparo de normas de inequívoca estructura dictatorial del gobierno argentino de turno, pergeñando conceptos e interpretaciones de total corte fraudulento, haciéndose ilegítimamente dueño de patrimonios personales de ahorristas, en un proceso arbitrario que dice de una práctica empresarial calificable con la más deleznable de las actitudes, el ROBO.

Mi actitud, Su Majestad, no conlleva cometer el equivoco de incorporar responsabilidades ajenas al escenario institucional de un banco privado y sí dejar plasmada una protesta que involucra al carácter intrínseco de un ciudadano que ha sentido la ofensa de ser invadidos sus derechos y los de su país, máximo cuando éste, la Argentina, merece el mayor respeto por parte de quienes mal usufructúan las benevolentes disposiciones legales que les permite accionar en su suelo al amparo de garantías que ejercitan innoble y fraudulentamente.

Saludo a Su Majestad muy atentamente.

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