miércoles, 28 de julio de 2010

LA INFLUENCIA EUROPEA EN LA CONCEPCION CONSERVADORA EN LA AMERICA. Al anularse por disminución física de los aborígenes se implantó la pertenencia monárquica con su secuela de falsas teorías de vida. El fausto vicio palaciego y el infausto trocar en la miseria del pueblo que vivió y sufrió esas conductas que la plena libertad, todavía hoy, no han podido superar. La falacia de la democracia de griegos y compañía, siguió históricamente como una expresión de sustentos imaginarios para el vulgo y para el burgo, pero nunca fue más que un ideario filosófico que un hecho concreto para el mejoramiento de las civilizaciones. La constitución de todas las culturas tienen como base fundamental el factor miedo y vía de sujeción para el estadío de los que no pueden y que permanecen asidos al círculo ajeno al poder de las clases vulgarmente consideradas superiores. De antiguos rangos, sin méritos propios se heredan situaciones de privilegio, vinculadas a las causales del dominio, llámese ejercicio nobilísimo, clerical religioso, militar. Trípode que ha inmerso a la humanidad en el más vasto y desafortunado estamento de la indigna pobreza, en las esclavitudes y del sostenimiento de los privilegios descarnados que manifiesta la desigualdad, conjugadas en la prepotencia de la ley dispuesta para castigar a los más débiles a favor del sucio juego de los poderosos. La maldad del mandamás, como efecto de una cultura natural de sojuzgamiento, tiene una particularidad ilógica que el trocar histórico ha confirmado permanentemente; su veneno se asemeja al pólen que la Naturaleza derrama sobre las cabezas de los débiles y su asimilación los contagia con el mismo desprecio incubado en el poder y al menor atisbo de un pretencioso paralelo con el poderoso, surge en él sentimientos de venganza y se apropia de las mismas maldades, potenciándolas en función de las muy recibidas. Todo esto lo expreso, equivocando el camino que me había trazado en un comienzo de querer interpretar las razones o argumentos que hacen al pensamiento suramericano. Y lo retomo. La América invadida, mutilada, robada, masacrada por las falsas culturas y órdenes religiosas de la hambrienta Europa medieval, inmersa en la mísera conducta guerrera, infestó la salud de los pueblos originarios hasta el ultraje de la mestización, innoble proceder de las monarquías viciosas y virulentas forjadoras del saqueo moral y material. Las conquistas inyectaron en estas regiones de pueblos sanos y sabios todo el resabio de la inmundicia humana sobrante, carroña de mazmorras y prisiones deleznables. Y lo más grave, como corolario, como muestra de su soberbia, proveyó el manejo y control del vasallaje, premonitorio de los métodos políticos para desarticular un pensamiento endógeno, inoculando, mediante métodos inescrupulosos premisas clericales induciendo a la sofista mercenarización de las conductas yacentes de la solidaridad, ejemplo de las sociedades preexistentes. El mal endémico de las sociedades europeas se transmitieron inexorablemente marcadas con fuego. Hoy, esas conductas, de sociedades en permanente competencia, a las que denominan civilizadas, son las que eliminan a quienes no piensan como ellas mediante la supresión física, basados en el criminal uso de tecnologías atómicas que arrasan pueblos enteros, dejando detrás la más ultrajante versión de la vergonzosa miseria humana. Y se dividen en políticos demócratas o republicanos, no siendo lo uno ni lo otro, sino trágicamente, RESACA HUMANA, que tiene por sofisma, la engañosa LIBERTAD.

No hay comentarios:

Publicar un comentario