lunes, 26 de julio de 2010

“MASCARON DE PROA”

Titulo: El fracaso del Sr. Bergoglio y de la cúpula Evangelista.

Nace un nuevo día en nuestro país. El sol abrigará, de ahora en más, a todos y cada uno de los ciudadanos con iguales haces. El jueves 15 de julio de 2010, a las 4 horas, el Congreso Nacional, legitimó la igualdad de los derechos civiles a todos sus habitantes.

Puede, quizá, celebrarse como un día muy especial. Ese en el que, el pueblo, logró abrir las puertas de la jaula y permitió la salida del monstruo creado para destruir nuestra sociedad, en aras de mantener el poder sobre las voluntades de quienes son afines a sus designios y comprometer la supervivencia de aquellos que no comparten su posición hegemónica. Me estoy refiriendo a la superior autoridad de la Iglesia Católica, señor Bergoglio.

Dejo de lado, intencionalmente, cualquiera de las muchas otras intencionalidades que conlleva la negación en apoyar legislaciones dirigidas a confirmar y afirmar la libertad de elección de cada uno de nosotros.

Es evidente, de cualquier forma, que la posición totalitaria que manifiesta y pretende ejercer, es propia de una vivencia pragmática que manifiesta como eje filosófico la supremacía autoritaria sobre el libre pensamiento de los fieles. Esa teoría teocrática que determina como enemigo al agnóstico. Esa ciega agnosia caracteriza el accionar del señor Bergoglio, quien con su desempeño belicoso ha herido profundamente la credibilidad del credo que pretende, inútilmente, defender.

Fue repetitivo en anteriores hechos, con su silencio y ocultamiento de los vejámenes, asesinatos y complicidades en el genocidio de los ciudadanos pensantes, en la década de los años 1970, en los que hubo participación de sacerdotes de la Iglesia Católica, hoy procesados y encarcelados, sin haber sido censurados, no obstante ser incriminados como autores de crímenes de lesa humanidad.

¿Equivocada estrategia? ¿Incapacidad? ¿Errada interpretación de la realidad?

Ello queda a juicio de sus Superiores terrenales y de su Supremo Señor.

Aquí, en la Argentina y para felicidad de sus habitantes resta celebrar SU PROFUNDO FRACASO al pretender coartar las libertades de elección.

Señor Bergoglio, siempre es tiempo de entender y de aprender. Asimismo, no es bueno para la salud de su magisterio, provocar fracasos al fracaso.

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