Cleto Poncio Pilatos y el oráculo trucho. Mirta L., consejera y “si puedo o no puedo”.

Cleto y la muerte a manos de Alejandro en Persia, lo enfureció con la reina infértil y la aparición de la Mesa de Enlace o mesa de Matrimonios, con los sátrapas Minguez, Lambías, Biolocati y Bunno, secundados por los gemelos Pólux y Cástor, los Angelottis a la hora de servir la mesa y expertos en cortes de ruta, con ángeles de gorra, alpargatas y 4 x 4, representando a los pobres “ojeros”.

El niño Macri, en viaje a la India, rajaba del giudice y para Atenea, según predicción del oráculo, su intención era quedarse allí para siempre, de repente se escuchó un coro de tardíos ángeles diciendo: ¡ojalá no sea una falsa alarma! Que felices seríamos, figurate, el padre en la China y el nene en la India.

Con Rocca en Luxemburgo, Ratazzi en Italia y Martínez de Hoz en cana, haríamos cartón lleno. Los perejiles y bocones como Marianito Grondona, redactor de la 151 en colaboración con Biolocati y Cía., la Argentina sería París, la ciudad luz y un país próspero y saludable, libre de impurezas.

Quedarían algunos salames, como los radicales POP (Para Otra Oportunidad) a quienes dotaríamos de nuevos y veloces helicópteros; quizá algunos socialistas sojeros de extrema izquierda y algunos árboles de híbrido origen y al final el coro de damas compuesto por las Parcas, Erinias y Furias, eternas perseguidoras de la Nada y alguno que otro Cajero vaticanista, recaudador de diezmos. De estos últimos, partiendo del Principal, se formaría una larga cola que nos impondría la necesidad de crear un concilio y aguardar “una fumata”, para tener un “elegido”.

Los personajes de mi querida Argentina son tantos y tan especiales como los sánguches de miga. En su interior sueñan y anhelan remedar, las grandes organizaciones de los más conspicuos piratas de la Europa democrática y progresista, célebres filántropos que acogen en su seno, las Comisiones de Negocios multinacionales que anidan en Bruselas, Basilea, Londres que son los segundos padres del mundo.

En la entrada de la Asamblea de Bruselas, al pie de un árbol, una placa dice: “Es mediante los discursos, los debates y los votos que tienen que resolverse las grandes cuestiones, con determinación, paciencia y dedicación”. 6/12/2001 – Nicole Fontaine – presidente del Parlamento Europeo. Entre texto y firma, un logo: SEAP Society of European Affaire Professionals. Incorporating FELPA. Fedération Européenne du Lobbying et Public Affaire (Sociedad de Profesionales de Asuntos Europeos). La SEAP cuenta entre sus miembros a gerentes de Unilever, de Carrefour, de Gaz de France, de Volvo, de L’Oreal, de












Suez y de otros tantos filántropos.

Obsérvese que, en esas agrupaciones, no figuran ni por asomo, los grandes generales empresarios que asombran, en sus rutilantes pasajes por el “gran jet”, como políticos y expresidentes de importantes países, llamados también imperios.

Búsquese ahondando la conformación de esas ¿intrascendentes? Comisiones, si la integran, por ejemplo: Bush, Merkel, Sarkozy, Berlusconi, Rodríguez Zapatero, etc. Sin duda, conforman la tercera línea de obediencia debida de administradores del saqueo, fabricantes de leyes.

Estas breves observaciones, con destino a los varones y mujeres, que los príncipes de la intelectualidad suelen llamar “gentes comunes”, llevan la intención de evaluar la relevancia de nuestros empresarios, mentes lúcidas arribadas en barcos y aviones, cuando se avistan como “importantes”. ¿Soportarán un “collegamento”?