jueves, 29 de julio de 2010

"HACER LA AMERICA VII"


Cinco siglos no han sido suficientes
para redimir la ira de la raza americana,
que siente bullir en sus entrañas
el fuego sagrado de la tierra que llama.

La sangre de nuestros antepasados regaron
las raíces irredentas que se aferran a su suelo,
rechazando en su esencia la rzón del intruso
impuesta por la razón de la fuerza a nuestros pueblos.

La América no reconoce paternidades,
es hija pródiga de su propia tierra,
con profundas culturas preñadas de ideales
y reverdecerá a su tiempo en la justicia que encierra.

La América no es súbdito ni tampoco se doblega,
su espíritu no es genuflexo ni inclina su cerviz,
de ello el siglo diecinueve dió pruebas certeras
en acciones señeras de su bravura sin fin.

Naciones poderosas de imperial trascendencia
intentaron en su nefasto derrotero
quebrar su voluntad y su independencia,
siendo vencidos y humillados en su intento.

En el campo de batalla dejaron vidas y estandartes,
huyendo de las lides lacerados en sus cuerpos
y lastimados sus espíritus por la bravura ingente
del nativo que a su tierra defendió hasta la muerte.

La mita y la encomienda del pasado ha muerto,
el hombre es libre en la América libre,
es amo de su presente y custodio de su futuro
despojado de las cadenas que al hombre inhibe.

La América Chavin, Moche, Nasca e Inca,
Azteca, Maya o Adena, Cahokia u Ozette,
Guaraní, Inca Huasi o Tehuelche,
seguirá viva en su cultura y en su esencia.

La mácula sangrienta del pretérito viejo mundo
alada en la furia del Bóreas, Noto, Euro
amansará en el suave Céfiro y en el frutoso Apeliotas
como signo opulento de amor de este nuevo mundo.

¡Para Hacer la América, hombres libres del mundo uníos!

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