domingo, 28 de noviembre de 2010

"COLON, la mano de obra desocupada" por Yocrates

Desde sus primeros años de vida, la comarca sin gas domiciliario ni energía eléctrica donde vivía,
se le hacía sumamente aburrida. Fue campeón de balero -esos hechos con latita de conserva y piolín terminado en palito- astilla de madera sobrante que se quemaba para proveer a la calefacción del humilde palacio construído con el aliento y la saliva de los progenitores.
Su hastío era tal que, después del balero y de arriar el barrilete, fabricado con los sobrantes del papel pegado en la cartelera parroquial, bien llamada "pasquinera", con la proclama de los condenados a la hoguera por las huestes de las Cruzadas Evangélicas, a quienes hubiesen desoído el cumplimiento del diezmo, este lánguido niño, Cristobalito, se pasaba el resto de sus horas libres que llegaron a ser hasta 24 por cada día, observando el movimiento de las olas del mar y le llamaba poderosamente la atención los deshechos y basuras que se acumulaban en la playa..
El creyó que eso provenía de los otros lugares muy alejados, en los que era evidente sus riquezas, puesto que en su pueblo nada de eso existía, en razón de que la miseria solo dejaba como resto miseria y todo se consumía.
Y, soñaba, al igual que todo europeo, algún día conseguir de alguna manera apropiarse de un navío que lo condujera a esos ricos lugares, invadirlos y quitarles sus riquezas para poder vestirse elegantemente, incluso tricornio y lucir en la foto junto a sus reyes, aún luego de haber mentido con la triste historia del huevo duro.
Y, su sueño se cumplió. Se hizo a la mar en bajeles acondicionados con tripulantes cargados de inciertas neuronas humanas normales que prefirieron el martirio de padecer escarbuto y berebere, antes de ser alimento de las feroces ratas y alimañas pobladoras de las inmundas prisiones del medioevo.
Las invasiones hispánicas hacia estos desconocidos continentes, no fueron otra cosa de los ya conocidos y sufridos en otros tiempos y lugares que la historia orate, producto de la histeria y la sin razón, habían provocado otros pueblos con idénticas percepciones acerca de la riqueza de aquellos invadidos, por caso, los egipcios, los griegos, los hycsos, los fenicios, los asirios, los árabes, los schasú, los ketas, los retanú, los normandos, los celtas, los persas, los romanos, etc.
Por todo ello, la historia de Cristobalito, no expresa ni más ni menos, que el impulso tarado e inescrupuloso de aquellos que nada tienen que perder, ignorantes por propia decisión, alejados del tiempo del conocimiento, sin espacios que cubrir y componiendo el estrato indeseado de la mano de obra desocupada.
Solo el conocimiento y su inteligente aplicación podrá liberarnos de esta existente clase de "uomo non sapiens".

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