lunes, 23 de agosto de 2010

"SAN MARTIN ESTADISTA"

San Martín en su ancianidad, poco antes de morir presencia la revolución político social europea del año 1848 y su espíritu se nubla de pesimismo por la suerte de Europa.
En carta a Rosas le dice: "La verdadera contiensa que divide su población, es puramente social; en una palabra, la del que nada tiene, trata de despojar al que posee; calcule lo que arroja de sí un tal principio, infiltrado en la gran masa del bajo pueblo, por las predicaciones diarias de los clubs y la lectura de miles de panfletos; si a estas ideas se agrega la miseria espantosa de miles de proletarios, agravada en el día con la paralización de la industria, el retiro de los capitales en vista de un porvenir incierto, las probabilidades de una guerra civil por el choque de las ideas y partidos y, en conclusión, la bancarrota nacional visto el déficit de cerca de 400 millones; éste es el verdadero estado de la Francia y casi del resto de Europa".

En carta al Gral. Guido reflexiona: "Ud. conoce que yo no me apresuré a satisfacer semejante clase de gentes, pues estoy seguro que los honrados me harán la justicia a que yo me creo acreedor. En cuanto a que la historia se verá en trabajos para cohonestar mi separación del Perú yo diré a Ud. con LEBRUN:
En vain par vos travaux vous courez á la gloire
Vous mourrez c'en est fait, tout sentiment éteint
Vous n'étes ni chéri, ni respecté, ni plaint"
La mort ensevelit jusqu'á votre mémoire...

San Martín no creyó en la justicia histórica, renegó de la gloria como de un espejo falaz y sólo vió, como el predicador del Eclesiastés, lo vano de la vida, la nada de la muerte y el olvido como término oscuro de las empresas y de los afanes humanos.

Señores, a estas virtudes se llama el "hombre de bien".

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