sábado, 21 de agosto de 2010

"EN MEMORIA DEL SEÑOR GENERAL DON JOSE DE SAN MARTIN"

En el pensamiento de San Martín y a su juicio, lo que contribuía con eficacia a prolongar la anarquía política y social de este continente "era el hecho de que los gobiernos o dependían de "unos cuantos jefes militares, a los que con degradación tiene que adular, o de la masa del bajo "pueblo de la Capital, veleidosa, fácil de dirigir por cuatro demagogos. El foco de todas las "rebeliones ha sido Buenos Aires; ahí se halla la crema de la anarquía, de los hombres inquietos "y viciosos, de los que viven de trastornos, porque no teniendo nada que perder, todo lo esperan "ganar en el desorden. Dejémonos de teorías; los hombres no viven de ilusiones, sino de "hechos ... ¡Libertad! para que todos los hombres honrados se vean atacados por una prensa "licenciosa, sin leyes que los protejan, y si existen se hacen ilusorias... ¡Libertad! para que me "carguen de contribuciones a fin de pagar los inmensos gastos originados porque a cuatro "ambiciosos se les antoja. ¡Libertad! para que se sacrifique mis hijos en guerras civiles. ¡Maldita "una y mil veces la tal Libertad! Yo prefiero el ostracismo voluntario que me he impuest a los "goces de tal libertad. No será el hijo de mi madre el que vaya a presenciarlos; hasta tanto vea "un gobierno establecido que con mano vigorosa pueda asegurarme mi tranquilidad y honor".

Vivió durante su largo ostracismo amargado, por la ingratitud de sus conciudadanos y las intrigas, las calumnias y los ataques de sus enemigos y después, por las conmociones político sociales de Sud América y de Europa.

Deseaba morir "si es posible lejos de la sociedad de los hombres".

En carta al Gral. Guido le dice: "ignora Ud. por ventura que de los tres tercios de habitantes de "que se compone el mundo, dos y medio son necios y el resto pícaros con muy poca excepción de "hombres de bien".

Señores, ¡qué ejemplo para nosotros!. Seguramente debemos avergonzarnos de no dar el "pinet" para el ingreso en esa aura de hombre de bien.

Los comunicadores de oficio actuales y sus dueños de cuerpo y alma, llámense Clarín, Nación y Cía., podrían resistir el análisis de un humilde espejo. ¡Seguramente, NO!

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