sábado, 30 de octubre de 2010

Señor NESTOR CARLOS KIRCHNER, hace muy poco escribí referido a usted, "...la muerte no tiene respuesta. Que tu alma vuele libre por la inmensidad de los tiempos".

Ahora, no me desdigo, simplemente y en honor a la imperiosa necesidad de un profundo análisis, no desde un principio metafísico, pero, quizá sí, posible desde la doctrina religiosa-filosófica de la metempsicosis, "esa respuesta esté", entre los muchos millones de almas que han orado por su descanso, en la que, seguramente encontrará usted, el estado de felicidad atemporal que lo acompañará en el perenne amor acunado en su paso terrenal. ¡Dios sea con usted!

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