jueves, 21 de octubre de 2010

A LA JUVENTUD Y A LOS HOMBRES CONCIENTES

No soy un deshecho de virtudes, un pronosticador de turno, ni un pretendido maestro ciruela, soy un casi octogenario que deseo y hago votos para que los jóvenes no pierdan la vida inútilmente.
No quiero valientes candidatos a la sepultura. No quiero suicidas defendiendo ideales. No quiero jóvenes seguidores de fanáticos ni de falsos profetas.
Quiero jóvenes de sangre caliente que tengan amor por la justicia -no por los justicieros-, que luchen por sus derechos, pero que no ofrezcan sus pechos a las balas del enemigo asesino. Que reflexionen.
Que sean plurales y no caigan en la trampa de los iracundos que intimiden y convenzan con el uso de la fuerza, por ausencia del sentido común.
La inteligencia y la sagacidad son "natas", no es materia ni se aprende en la escuela o universidad.
El empleo de la racionalidad invita a pensar alejado del tumulto. La conducción se ejercita desde la distancia y es menester hacer uso del cálculo antes de la probabilidad del enfrentamiento.
El circunstancial enemigo se desvanece frente a la invisibilidad de un opositor y es incapaz de perseguir, derrotar y conseguir la NADA.
Jóvenes antes de hablar de patria hay que construirla y constituirla y sin ustedes es un paradigma de insolencia intelectual.
Los llamados patriotas del pretérito no afirmaron una patria, fue solo un pretencioso bosquejo. Dá razón de ello que hoy está en vuestra inteligencia y disposición la gran lucha para confirmarla.
Quizá fueron buenas personas y de buenas intenciones, pero, fracasaron en un legado que el largo camino de 200 años desvirtúa con la presencia de la semilla monárquica que todavía continúa su proceso de germinación y florecimiento en arraigados estatos de heredades exógenas.
Es demostrativo en el carácter de muchos argentinos que ven la luz en lo de afuera y la sombra en lo nuestro.
Jóvenes, su desafío está inmerso en crear la patria. NO LO OLVIDEN. Lo minúsculo es lo inmediato. Lo mayúsculo es avizorar un duro presente y vuestra lucha evitar el enfrentamiento pueril que solo beneficia al enemigo que no desea construir la patria. ¡Dios los guarde y los ilumine!

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