jueves, 14 de octubre de 2010

Señores bloguers: En mi anterior mensaje he querido señalar como se ordena el ataque subrepticio del arco político opositor, a las raíces republicanas.
La aprobación en el Congreso Nacional de la ley mal llamada del 82% para las personas en situación de retiro, esconde dos objetivos fundamentales: uno, el menos importante, acaricia la pretensión de oponer sentimental y materialmente a ese sector en situación de reales necesidades con los gobernantes, artilugio no despreciable ante la vulnerabilidad de los mayores engañados con esquemas retóricos de que "la plata está" y que "su plata no se sabe donde está".
Se les habla de la plata de los jubilados sin explicar que están incluídos en un sistema de reparto con un alto significado solidario y que se compensan sus aportes con los de otros muchos más.
Y el segundo punto, que debe ser considerado de suma gravedad, se motoriza hacia la destrucción del Administrador de los Fondos -la ANSES- por los grupos empresariales que en connivencia con las fenecidas AFJP y sus Bancos asociados estafaron al pueblo argentino, colocando sus acciones a valores 5 veces superior al de la realidad de sus Libros Contables, cotizados en Bolsa, hoy realizables al 20% de su valoe de origen y pretendiendo obligar a la ANSES, a salir al mercado para su inmediata colocación a la oferta pública a precios inferiores al 10% de su cotización real y quebrar de esa manera el Sistema Jubilatorio.
En esta estrategia se encuentra el Grupo Clarín, con la intención de superar sus graves problemas financieros que le acarrea su conflicto de Papel Prensa y la delicada situación de la Sra. Herrera de Noble por la adopción en cuestión de sus hijos, hechos que indefectiblemente deberán justificar y responder a las exigencias de sus Socios Extranjeros -por caso Goldman & Sachs- y otros más radicados en Londres.
A este Grupo desestabilizador, es dable incorporar a los diputados y senadores de la Nación, representantes de las provincias que aprobaron la ley, venidos de un interior signado de antipatria y enfermizo odio, que omiten la consideración de sus conciudadanos y adoptan sus rencores personales poniendo en juego la estabilidad política, desenmascarando su pertenencia democrática actuando como verdaderos herederos monárquicos dueños de la vida y de los negocios en detrimento de sus congéneres.
Esto es, a mi juicio, nuestro país. Hombres de un interior oligárquico que pretender ser elegidos para defender los intereses de sus conprovincianos y cuando hacen base en Buenos Aires, se convierten en sus principales enemigos y de la República.
Señores Diputados y Senadores, sáquense la careta.

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