miércoles, 27 de octubre de 2010

"AMIGOS BLOGUEROS", contra la mayoría de las opiniones, vistiendo la camiseta de la neutralidad en cuanto se refiere a los sentimientos y consideraciones de las aptitudes de los seres humanos y sus máscaras de sobrevivencia, que en general son sobrevaluadas, pienso que se estimula una capacidad de acción donde realmente no existe.
Obsérvese, por ejemplo, el personaje del señor Magnetto. Cuando obraba en las sombras era considerado un "monje negro"; en el momento que es mandado a defender los "porotos" del grupo, poner la cara y decir, aparece el ser humano débil y frágil, inconcluso e imperfecto, que necesita de la ayuda y defensa de sus agresivos lacayos.
El señor Lanata se pone del lado del débil, como si él no necesitara quien lo ayude en sus propias desgracias y el periodista "ZuperMan" que no desea que lo nombren, en tono misericordioso le sopla ¿Clarín?
El señor Van der Kooy y el señor Blanch, con sus papelones haciendo planchas de plomo, como bardos señoritos.
El señor Morales Solá, profesional de la mentira, falso creador de noticias. El señor Duhalde que, en pago de la comida recibida miente y es desmentido por sus amigos platenses, el ambivalente Solá y el fedrinero de Narváez, comprovincianos tirabombas.
El periodista Longobardi, deudor del fedrinero que por escasos u$s. 300.000.- debe pagar con agradecimientos televisivos.
Los caricúlicos de ausentes sonrisa y afectados hígados, Solanas, Biasatti, N. Castro y las niñitas
"bebotas" de los canales afines, infantiles recitadoras de recetas de "cocina".
Los canales televisivos que remedan el hedor de los canales venecianos en bajamar.
Las dos por un peso, Susi y Chiquita, famosas por su agnosia.
El del diario La Nación, que delata ¡pobre Magnetto! su enfermedad es terminal. Los Gelblung y Leucocitos, bendiciendo al ángel protector.
El periodista escritor, Majul, que colmó su biblioteca, ya que solo Clarín los compró. Y así, muchos... muchos más, como los de la Mesa de Enlace y los idiotas útiles empresarios de morondanga, prestanombres y corresponsales de grupos extranjeros, sucesores de papás y abuelitos vinculados a las corporaciones multinacionales, productos de guerras y exacciones criminales, convertidos en ángeles de segunda mano, usados y en venta en cualquier espacio disponible en el mundo.
El señor del CARI, redactor de bandos militares y desmemoriado mentor de sacar los tanques a la calle, el malemérito Marianito Grondona, el de las blandas manitos en cruz.
Todos ellos hicieron de una sombra fantasmal el ogro de la película. Y también colaboró el ingenuo periodismo que, de un soldado del crimen militar, dió pie al reconocimiento de un malvado personaje impotente.
Ténganlo presente EN EL SILENCIO y se sumergirá indefectiblemente en las tinieblas del Hades, llorando sus desgracias.
¡Tened presente! no dar por el pito más de lo que el pito vale, ¡NADA!

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