miércoles, 27 de octubre de 2010

“HECHOS DE NUESTRA ARGENTINA”

Un tiempo atrás he publicado en este espacio un reducido artículo titulado “Somos ingenuos los Argentinos” y un poema “Malvinas”, ambos alusivos a la pérfida Albión.
En un intento de no olvido quiero retrotraerme al 1810.
La Primera Junta Provisional de Gobierno -25 de mayo de 1810- fue conformada por: Cornelio Saavedra-Presidente; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea – Vocales y Mariano Moreno y Juan José Paso – Secretarios.
Con fecha 28 de junio de 1810 la Junta Provisional, comunicaba la trascedental novedad y solicita su apoyo a Lord Percy Clinton Sydney Smith, vizconde de Strangford y de Penhurst, embajador de la corona británica ante la Corte de Río de Janeiro.
Lord Strangford, en esa nueva sede de sus funciones se informaba (¿espía?) con perspicacia del Movimiento del Virreynato de Buenos Aires, “cuyo puerto y comercio le interesaban sobremanera atribuyéndoles capital importancia para la Gran Bretaña. Velaba así con celo vehemente por los intereses mercantiles y políticos de su patria. Inmediatamente apreció la magnitud que podría asumir esa revolución y las inmensas perspectivas de orden económico y político que ella abría para Inglaterra. Miró con profundo interés el movimiento de Buenos Aires y sin vacilar respondió a la Junta con una carta “admirable” por su habilidad para suscitar, como lo consiguió, la simpatía de los hombres que en Buenos Aires dirigían el “nuevo sistema”. (los signos de pregunta son de mi autoría)”.
En su respuesta a la Junta, Lord Strangford, también dice: “He tenido el más vivo sentimiento en carecer de órdenes positivas de mi Corte para dar el más alto expediente al importante negocio que vuestras señorías me recomiendan. Sin embargo el respetable nombre del Sr. Fernando VII en que se afianzan aquellas revoluciones, como el mérito y la acreditada honra de los sujetos que componen esa dignísima Junta Gubernativa, a que se agregan las urgentes circunstancias del día, me determinan a comunicarlo con los mismos respetos y atenciones que si estuviera formalmente reconocido” (la famosa flema británica, agregado mío).
Continúa: “… la moderación con que se han conducido Vuestras Señorías en tan árduo asunto” y por ello “…por los heroycos sentimientos de lealtad a su Soberano que manifiestan; por todo, tributo mi más atentas enhorabuenas”.
Después advierte: “… nuevamente me veo en la precisión de manifestar a Vuestras Señorías que me es doloroso no hallarme autorizado para declarar los sentimientos de mi Corte sobre el presente asunto, y no dudo confesar que ignoro absolutamente quales son y serán en lo sucesivo sus ideas”; pero, “…como un particular que se interesa quanto es posible en la felicidad de este vasto continente”; luego, como un padre aconseja: “…guarden entre sí la más estrecha unión y concordia, no dudando que la política y carácter que tan dignamente los distingue les dictará el uso de las providencias más oportunas, a fi de impedir que se dé el menor motivo de quexa a sus vecinos”.
Y recomienda que eviten “…hasta las más pequeñas relaciones con los franceses o sus emisarios”, recalcando “…sobre este particular son en extremo zelosas nuestras Corte Aliadas” (negocio o solidaridad, es de mi autoría) ¿Se entiende no, sólo hablen conmigo?.
Más tarde refiere a empeñosas gestiones ante la Corte portuguesa en Río de Janeiro a favor de la Junta diciendo: “…he tenido reiteradas confesiones sobre este asunto”, reconfortando a los patriotas criollos asegurándoles, “… pueden Vuestras Señorías descansar que no serán incomodados de modo alguno, siempre que la conducta de esa Capital sea consecuente y se conserve a nombre del Sr. Fernando VII y de sus legítimos sucesores” (significa, ¡cuidado no pasarse!) y confidencialmente les dice: “…el gobierno portugués se ha mortificado lo bastante con las expresiones de la proclama del Excmo. Cabildo del 22 de Mayo”.
Y por último promete que ante la Corte de Londres, “…me exercitaré gustoso en hacer aparecer la conducta de Vuestras Señorías en el grado más resplandeciente a fin de que mi gobierno se instruya de la honra de que son dignos, y la buena causa que sostienen…y se despide “…yo individualmente me siento animado de los más vivos sentimientos de serles útil”.
El 9 de julio de 1810, Moreno, hizo uso de esta favorable oportunidad para intensificar su propaganda a favor del “nuevo sistema” y tranquilizar al vecindario, publicando en la Gaceta la carta de Lord Strangford, y aseverando:”El público no debe carecer de su lectura, y ésta se franquea con tanta mayor satisfacción, quanto que ella sola bastará para tranquilizar a los habitantes de estas Provincias y confirmarles en el alto aprecio y confianza en que deben mirar el nuevo Gobierno Provisorio. Lord Strangford manifiesta francamente sus ideas, con anticipación a las que pueda ministrarle su Gobierno; pero las personas de su rango ni aventuran un juicio a que deban después oponerse, ni se equivocan fácilmente quando predicen los arcanos de un Gabinete en cuyos misterios se hallan iniciados. Congratulemos, pues; y crean firmemente que el ejercicio de un sincero vasallaje hacia nuestro verdadero monarca Fernando VII hará respetar la integridad y derechos de este territorio, a pesar de los importantes esfuerzos de esos idolillos subalternos que no encuentran en el sagrado nombre del Rey otra significación que la de un velo, para cubrir “nulidades y miserias”.
La amistad de Lord Strangford con los hombres de Mayo y su simpatía por la revolución (yo digo por el Puerto de Buenos Aires y los negocios) habíanse abierto calurosamente con esa carta. Apareció para la Junta como un aliado y un sostén poderosísimo.
Por sus gestiones, el 20 de julio el Comisionado del Príncipe Regente del Portugal, Don Carlos José Guezzi, expresó a la Junta “haber sido encargado de manifestar a V.E. los pacíficos y amistosos sentimientos de la Corte de Brasil”.
En oportunidad del bloqueo del puerto de Buenos Aires por los españoles de Montevideo y con motivo del conflicto con el capitán inglés Elliot, la Junta recurrió a Lord Strangford, quien intervino eficazmente, respondiendo: “No puedo expresar bastantemente la profunda mortificación y el sentimiento que me ha causado la noticia de que en esa hubiesen ocurrido circunstancias capaces de disminuir la confianza y cordialidad que deben subsistir entre los agentes de S.M.B. y el bravo y generoso pueblo de la América Española, unidos como lo estamos en la misma causa y contra el mismo enemigo (Napoleón). Aseguro que ningun oficial ha recibido de mí, ni del Almirante que comanda en xefe, instrucciones algunas para cooperar al bloqueo de la Capital que las autoridades de Montevideo han tomado sobre sí el hacerlo; ni tampoco para concurrir en ninguna medida hostil contra aquella Capital…Yo he transmitido debidamente y sin dilación alguna a mi Corte, las observaciones de V.E. sobre estos objetos; pues al Gobierno Británico únicamente y no a mí, es responsable de su conducta y procedimientos el oficial (Capitán Elliot) de quien V.E. se quexa. Entre tanto, tengo el honor de informar a V.S. que el Sr. Almirante De Crosey va inmediatamente al Río de la Plata a ejercer el Comando en Xefe, donde confío él tomará los más eficaces medios a remover los obstáculos que se han puesto al comercio británico tan liberal y generosamente protegido por V.E.”
Padilla el Comisionado secreto enviado a Inglaterra se detuvo en Río y pidió a Lord Strangford que mantuviera una comunicación confidencial con Moreno, que se formaliza el 3 de noviembre de 1810; en el que señala como el procedimiento más importante conservar la aparente lealtad a Fernando VII y expresar siempre el respeto a sus derechos. “Una declaración prematura de independencia, le decía, cerraría la puerta a toda intervención amigable de Inglaterra mientras duren sus actuales relaciones con España”. (POCO TIEMPO MAS TARDE INGLATERRA TRAICIONA A ESPAÑA)
El 20 de febrero de 1811 la Junta Gubernativa lo distingue con la primera carta honoraria de ciudadanía de Buenos Aires y le adjudica en propiedad una legua cuadrada (3.105 Has.) en nuestra pampa.
Lord Strangford no ejerció la ciudadanía ni poseyó las tierras.
A fines de 1814, Bernardino Rivadavia (Bernardino González, apellido paterno) y Manuel Belgrano arriban a Londres con la misión del reconocimiento de la independencia argentina y la mediación de ese país en un posible arreglo con España, enviados por Gervasio Posadas.
En 1824, el general Las Heras, envía nuevamente a Europa a Rivadavia y como misión oficial el conseguir la ratificación del tratado de paz y amistad con Inglaterra.
En 1833, Inglaterra toma por la fuerza las Islas Malvinas y hasta el día de hoy.
¿FUE ALGUNA VEZ CONFIABLE LA “PERFIDA ALBION”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario