domingo, 5 de diciembre de 2010

"HOMENAJE A LA SRA. MARIA REMEDIOS DEL VALLE"

En la campaña al Alto Perú, el general Manuel Belgrano sólo aceptó el acompañamiento de una mujer. Los soldados la llamaron "la madre de la patria". Era el paño de lágrimas, sin el menor interés, de jefes y oficiales. A voz pública, se hacían elogios por su oficiosidad y caridad con que se cuidaba a los hombres en la desgracia y miseria con que quedaban luego de una acción de guerra, sin auxilios ni recursos para remediar sus dolencias. Allí estaba siempre presente "La Capitana".
Tucumán y Salta, dos sangrientos combates que entre muertos y heridos quedaron 700 hombres sobre el campo, se oyó ponderar al general Belgrano la oficiosidad y esmero de esta mujer en asistir a los heridos. Singular y valiente mujer que, en su reconocimiento el general le dió el título de Capitán del Ejército.
Muchos años después sin recursos y miserable vida se encontraba pidiendo limosna en la recova de la plaza de la Victoria o en el atrio de San Francisco, de San Ignacio o de Santo Domingo, conocida con el apodo de "La Capitana".
El general Viamonte la reconoció y en su calidad de Diputado de la Provincia de Buenos Aires, promovió un reconocimiento de apoyo a esta valiente mujer. El Congreso aprobó una ayuda monetaria como Capitán del Ejército. Corrían los años 1827/28, la renuncia de Rivadavia y los conflictos políticos dejaron en el olvido el cumplimiento de la ley. "La Capitana" murió pobre, en la indigencia y en el olvido.
Después de un siglo y a raíz de un artículo del historiador Carlos Ibarguren y siendo Presidente del Consejo Nacional de Educación el Dr. Octavio Pico, se dió el nombre de MARIA REMEDIOS DEL VALLE, a una escuela.
Argentinos que hemos cometido la ingratitud de olvidar a nuestros héroes que sacrificaron sus vidas por la libertad de nuestra Patria, tomemos como bandera este crespón de ejemplo para no volver a repetirlo jamás.

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