miércoles, 5 de enero de 2011

"SIN POLITICA PARTIDARIA" Y "LA IRRACIONALIDAD" por Yocrates

Creo ser un observador, a mi semiancianidad -casi octogenaria- de los aconteceres de mi país, aserto al que me animo de calificar de imparcial, dejando sentado al juicio general que no lo soy.
Sabido es que los intereses personales, grupales, empresariales y políticos, así como los de supuestas clases sociales y religiosas suelen ocupar regiones de irracionalidad debido fundamentalmente a la presunta defensa de las "ideas".
Lo que me llama poderosamente la atención es la absoluta "crucifixión" por parte de los opinólogos y anunciadores medíaticos o ¿inmediáticos? de sus ideas, sepultando y reviviendo sus mensajes en función del color o aroma que más perfuma o viste sus "egos".
Me obligo a creer que el tema es cuestión de "egos" y no otra cosa. Pero, el hecho sustancial es el cambio abrupto más circunstancial de las "ideas".
En un proceso de crecimiento el hombre registra cambios. Nace pequeño y puede acceder a la adultez. Esa mecánica natural, tiene un principio y un fin lógico.
La diferencia se manifiesta en que una es condición de una suprema creación y la otra es una creación defectuosa de la realidad.
Es increíble pensar, sostener y entender que infinidad de actores (no artistas) del lenguaje televisivo, personas mayores de edad, con muchos años de experiencia profesional (supuesta) cometan la ridícula torpeza de propalar la misma noticia, con las mismas palabras y los mismos tonos para desmerecer, desestimar o desarticular hechos políticos o económicos que no satisfagan los intereses de sus patrones y que contradicen y desmienten una realidad tangible que al común de la ciudadanía azora y que, al mismo tiempo, son inútiles de crear.
Yo me pregunto, ¿serán concientes de sus propias ineptitudes? o ¿han transitado un obligado pasaje por el lavarropas cerebral?
Pienso que nombrar la extensa nómina de mujeres y varones incursos en esa trágica maquinaria de mentir e infamar es repetir acciones de la Inquisición y menoscabar la inteligencia de quienes los abandonan en la consideración pública, ya que solos acceden al ostracismo en el estadío de la escucha y la visión.
Regalar el supuesto éxito y adquirir la lástima pública debe resultar muy triste para quienes han pensado ser partícipes de un reconocimiento que se ha extraviado inexorablemente de la opinión inteligente.
El oro viste circunstancialmente y destruye radicalmente cuerpo e imagen del otrora presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario