domingo, 2 de mayo de 2010

A LOS HIJOS DE PADRES SECUESTRADOS Y DESAPARECIDOS
HOY RECUPERADOS Y VUELTOS A ATRAPAR POR LOS COMERCIANTESDE LA POLITICA

Un guiño: “A aquellos que han dejado hijos sin padres,
la vida les pagará con la misma moneda”

Esta aparición en este medio, que me posibilita en algún modo ser leído, quizá, por algún joven que haya tenido la desafortunada situación de pertenecer al grupo de niños cuya infancia, pubertad y parte de su juventud se ha desarrollado en un falso hogar.
Soy una persona mayor, que ha superado holgadamente los quince lustros de vida y conformado una familia que, afortunadamente, no ha sufrido los trágicos avatares de los hogares salvajemente destruídos, por quienes usando el privilegio de las armas y la impunidad de las fuerzas del poder asaltado, acompañados y apoyados por políticos inescrupulosos, capitalistas infames y religiosos claudicantes, han grabado en las páginas de la historia de nuestro país, la más sangrienta, negra y sucia etapa de acontecimientos infrahumanos de los pasajes más nefastos recordados universalmente.

Solo se me ocurre memorar, uno de los más sangrientos hechos, contados en el desarrollo del Imperio Romano, protagonizado por Caracalla, cuyo verdadero nombre fue Marco Aurelio Antonino, hijo del emperador Septimio Severo, quien fue emperador desde el año 211 hasta el año 217. En un principio, se le llamó “Basiano” pero, después se le apodó Caracalla, por su afición a usar la prenda de vestir así llamada, de origen galo, especie de sobretodo.
Este señor bestia, sembró el terror en Roma; se le adjudica la muerte de más de 20.000 personas, entre ellas el gran jurisconsulto Papiano. Fue asesinado por Macrino.

Al gran Triunvirato antiargentino, usurpador, del año 1976, encabezado por un exgeneral Rafael Videla, un exalmirante Emilio Massera y un exbrigadier Orlando Agosti, se le adjudican 30.000 desaparecidos y muertos.
Los hijos recién nacidos y por nacer, fueron destituídos de filiación y entregados macabramente en manos extrañas, conculcados sus derechos de familia y borrados sus orígenes. En estos desgraciados hechos, nunca imaginables, en un ser humano, fueron acompañados y apoyados vilmente, en algunos casos, por sacerdotes cristianos. No sería ilógico pensar, que esta tragedia pueda sostener lo acaecido en el Egipto bíblico del Faraón y Moisés, en la matanza de todos los niños recién nacidos. Caso curioso, la Biblia menciona al Faraón sin nombre, no lo identifica, seguramente, porque era el faraón malo, o porque realmente no existió . En cambio al salvador, Moisés, sí.

De cualquier manera, mi intención es otra y como tengo nietos de las edades de estos chicos, rencontrados con su ancestral orígen y hoy, conforman, algunos de ellos cuadros políticos en carácter de legisladores, me permito reflexionar desde mi semiancian idad: Cuidado! Hijos, ustedes han sufrido el peor martirio que puede soportar un ser humano. Haber vivido al calor de un fuego falso. En el ocultamiento de verdades profundamente diferentes de las que hubiesen recibido de sus padres biológicos. Igualmente, Dios de por medio, nadie en el mundo podrá cambiarles los genes heredados y el tiempo hará, seguramente, que esos atributos congénitos afloren en plenitud.
En el mientras tanto, en el paso obligado de una falsa situación a una verdadera vida, que inevitablemente deben recomponer con mucho dolor, es necesario pensar y repensar, advertir y analizar, que esta nueva zona de acción, el quehacer político, es de sumo riesgo. Inevitablemente, tendrán que ejercitar un duro aprendizaje de actos y efectos lindantes con la soberbia, la hipocresía, la genuflexión y el engaño para la obtención de resultados, que la mayoría de las veces son encapsulados en apotegmas de éxitos y fracasos. Deberán tener siempre, muy presente, que sus padres han dejado sus vidas por combatir con la idea, esos artilugios del poder.

Y, así como han tenido un transcurso filial falso, hoy podrían ser rodeados de maestrías y padrinazgos “non santos”.

Vuestra juventud merece tener el mejor de los destinos. La experiencia revelada de sufrimientos y engaños, debe ser suficiente alimento para enfrentar estos nuevos acontecimientos con máxima prudencia y pertinaz obsecación por un futuro sustancializado de verdades. Las verdades del ensueño y del corazón. Las que seguramente anhelaban vuestros padres para el futuro venturoso de sus hijos. No desmayen ni claudiquen al brillo del oro.

Yo desde mi semiancianidad, hago votos para que Dios y los Dioses del Universo los acompañen con todas sus fuerzas y sabiduría.

En mi dirección de blog estaré siempre presente. Los acompaño de corazón.

Otro guiño: “Los padres, estén en cualquier lugar o galaxia,
siempre estarán mirando por la felicidad de
sus hijos. NO LO DUDEN”.

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