“LA REALIDAD … ¿SERA VERDAD?

Un guiño: “Inútil protegerse del enemigo luchando espalda
contra espalda, cuando el enemigo está dentro
de uno”.

La desventura de querer ser aquello que la madre naturaleza inteligentemente negó es igual al destino que no fue, sin logros ni compensación.
Así, presumo, se sienten aquellos políticos que buscando su lugar en la grilla de los elegidos, sufren el tormento del espejo que, día a día, los hace ver jugando personajes de vestidos diferentes.
Dolorosa misión de no saber quién es y tener que decir y hacer lo que no sabe , impuesto por el poder de turno.
La “piba” ministra de un presidente que”hizo todo mal”, (recordemos el epitafio escrito en la lápida de su sepultura por el Cardenal Richelieu: “Aquí yace el gran Cardenal que en vida hizo de todo. Todo el bien lo hizo mal. Todo el mal lo hizo bien”,.) y que debió ausentarse huyendo en helicóptero, ancló en la miseria a los necesitados jubilados rebajándoles sus ingresos (13%), aumentándoles paralelamente los gastos en consumos primarios y condenándolos al ostracismo.
Es el primer eslabón de la cadena de la agnosia que pende del cuello de la señora Carrió y culmina en la gran cruz como fiel reflejo de sus sufrimientos. Pero, ello, representa el salvo conducto (símil de la patente de corso) que les permite mentir en un desenfrenado sentimiento de culpa, por efecto de sus insustanciables presencias como mujeres políticas y que les posibilita incursionar peligrosamente en una explosiva nube de desvaríos satánicos, complacidas o en sociedad con autoridades de una iglesia católica que ha perdido el rumbo de su hacer religioso, para navegar en las turbulentas aguas de la política mediática terrenal.
Flaco favor hace la iglesia católica argentina a la afirmación de los preceptos bíblicos. Los fines materiales, en que se sumerge, ha desterrado de sus filas a los creyentes, tal cual lo anuncia la cada vez mayor ausencia de la feligresía a los claustros. Esa preocupación de permanencia y consentimiento en la trilogía del poder, la condena.
Y, que decir, de las colaboradoras mediáticas, por caso la UCR Silvana Giudici, hija circunstancial de un aviso publicitario, de Noble memoria, en función de repetidora de los cantos de sirena y defensora de los torcidos derechos del poder comunicacional, envuelta en la “égida” (piel de la cabra Amaltea adornada de la cabeza de Medusa) que le proporciona el Congreso de la Nación Argentina (fueros) para poder decir lo que le venga en gana. Dura experiencia para una joven militante de un partido político tradicional que alguna vez tuvo como actor principal al presidente Hipólito Irigoyen y en sus albores al Dr. Lisandro de la Torre y Leandro N. Alem. ¡POBRE UCR. ¿Y el Prestigio?
Asimismo, una rara avis habita esta larga lista de políticos que, su misión fundamental en la vida es enseñarnos quienes son los malos y que se debe hacer para combatirlos. Es un “escándalo es su bocadillo habitual y según el diccionario Sopena de la Lengua Española significa: alboroto, barullo, tumulto, ruido.
El señor escándalo no habla, no razona, hace ruido. Es un manipulador de números para la tribuna “sensa veritá”. No reflexiona. Parecería que circula caminos de doble mano, por izquierda y por derecha; lo angustia la pobreza y su defensa es verbal y ruidosa. Supo en algún momento accionar a favor del benefactor y pobre sector “agrícola ganadero” empobrecido por el duro accionar de un Estado recaudador e inescrupuloso. De ese resultado los propietarios de NONSANTO GLIFOSATO ROBOCOPATEL fueron condenados a la pobreza y sobrevivir con los ingresos de un jubilado… ¿Es un caso de no tengo la culpa de que haya pobres en el mundo?¿Y lo disfrazo con mensajes fílmicos financiados por el Capital o, mejor dicho, por el aporte de los pobres?.
En cambio, su compañero de ruta, Claudio Lozano, economista y diputado nacional, en un artículo publicado en la revista “Nuevos Bancos del mes de noviembre de 2007” decía textualmente entre otras cosas: “…Me refiero a las dificultades que tenemos como sociedad para aprovechar las ventajas de las que disponemos como potencia alimentaria, país productor de hidrocarburos y con la sexta reserva mundial en materia minera.
Si la Argentina pudiera modificar y lograr que estas ventajas no sólo sean ganancias extraordinarias para muy pocas empresas, tendríamos la posibilidad de sostener un nuevo proyecto productivo y de desarrollo para el conjunto de nuestra sociedad.
Esto significa, en primer lugar, dejar en claro que para lo que son las producciones vinculadas con alimentos y energía, el punto de referencia de los precios que tienen los productos es el costo de producción local y no los precios internacionales. Los productores deben tener ganancias normales y las rentas extraordinarias deben ser capturadas por la intervención del Estado, con el objeto de financiar el proceso de desarrollo. Si pudiéramos capturar una parte importante de las rentas a través de la intervención del Estado, se podrían poner en marcha dos cosas. La primera es comenzar a reparar el daño social acumulado, que la Argentina tiene y que sigue postergando. Esto significa mejorar la situación de cerca de trece millones de argentinos que viven en situación de pobreza e intervenir con políticas específicas sobre la infancia y la juventud, para evitar las condiciones de injusticia e infantilización de pobreza que muestra el país. La segunda es garantizar las crecientes condiciones de calidad y calificación de la fuerza laboral. Las retenciones son uno de los mecanismos que pueden utilizarse para poder captar las rentas. En ese sentido es razonable que se fijen cuando se producen saltos importantes en el precio internacional de productos como la soja, el maíz o los hidrocarburos”

Siguen más consejos del economista diputado nacional, pero, no sigo transcribiendo para no castigar la sensibilidad del probable lector.

Solamente me pregunto: SEÑOR CLAUDIO LOZANO, ECONOMISTA Y DIPUTADO NACIONAL ¿Y LA 125? ¡BIEN GRACIAS!

Los sojeros, nos hicieron muchos ojeros, ¿NO LE PARECE?

Otro guiño: “El mayor desafío del hombre es dominar el
Hipo maldito que cultiva en sus entrañas”

¡Ojo, “hipo” está tomado como “inferioridad o subordinación”.