viernes, 9 de septiembre de 2011

"LO FALSARIO" ---- por Yocrates

Si dejara al arbitrio caprichoso de mi tara, tiempo natural de mi propia minerva, el propósito del comienzo del hombre primitivo, seguramente cometería una torpeza ecuménica, ya que necesitaría retrotraerme a hechos y sucesos de millones de años, cuando la realidad está alumbrando que aquel y éste, SOLO SE DIFERENCIAN EN SU VESTIDO EXTERIOR.

Aquellos se manifestaban estúpidos garrote en mano y nosotros llegamos a la perfección de la estupidez electrónicamente.

Todos, unos más y otros menos, hemos sido observadores partícipes de actos protocolares, en los que entremezclados mocos y virus, besos y graciosos abrazos, se ofrendan, se reparten, se cuelgan y se abrochan desde espectaculares medallas a históricos collares.

El estúpido que la acuerda y el estúpido que la acepta pone cara de circunstancia y pecho de paloma, sin realmente comprender las motivaciones que pudieron haber sostenido el merecimiento de una condecoración.

El hombre premia al hombre cometiendo la herejía del reconocimiento en un plano subalterno de estima.

¿Será posible hallar cosa más ridícula que un pecho enchapado de medallas? Diría ¡imposible!

¿Hasta dónde alcanza la ignorancia del hombre que lo obliga a cubrirse de diferentes vestidos para poder reconocerse?

¿Cuál sería la relación entre los hombres si debieran presentarse al desnudo? ¿Se acabaría un escalón de la estupidez? ¿Serían capaces de mirarse a los ojos? ¿O serían más exitosos los de rasgos más prominentes?

El hombre al tiempo de irse acomodando a un campo de orden en el que se organiza su trocir, pierde inexorablemente cuotas de felicidad y engendra eslabones invisibles, progresivos y coordenados en dirección a la cadena de la esclavitud.

Trozo del autor de un artículo titulado "EL HOMBRE, FALSO FALSARIO" de Yocrates.

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