jueves, 14 de junio de 2012

"EL PERIODISMO" según Veit Valentin

"The Times", el periódico fundado en 1785, llegó a ser el modelo admirado -y durante mucho tiempo no igualado- de la Prensa continental. La extensión del régimen parlamentario, las discordias entre los partidos políticos y la lucha que tras ella se ocultaba entre las clases sociales en proceso de distanciamiento creciente, encontraron en la Prensa, como órgano de la opinión pública, el espejo que las reflejaba y daba densidad histórica. Las expresiones "independencia de Prensa", "libertad de imprenta", fueron contundentes tópicos de todos los movimientos revolucionarios del siglo. Pocos eran los que advertían que la sumisión a los centros gubernamentales y la dependencia de las oficinas de censura eran sustituídas por nuevas ligaduras en el acto. Tanto el servicio informativo como la actitud de la Reacción frente a los acontecimientos políticos respondían a una voluntad fundada en intereses económicos. No en vano se llamó "Prensa" a este nuevo poder de la vida pública, nombre tomado de la prensa de imprimir, a cuyo perfeccionamiento mecánico se debe en primer término una eficacia de amplitud y rapidez inauditas. El periódico de mediados y fines del siglo XIX es el heredero de los pregoneros y mensajeros antiguos, de los menestrales, juglares y clérigos vagantes de la Edad Media, de las hojas impresas, volantes, folletos, libelos y epístolas de tiempos más modernos. Durante largo tiempo se conservó el estilo de información epistolar semiprivada en los artículos sobre la situación en las capitales y en los países extranjeros. El periódico asimila casi todas las formas viejas de cambio de noticias, de ideas y opiniones, de conversación y de charla, verdadero sucesor y susriruro de barberías y salones, de la feria con su narrador del "horrendo asesinato", de los mentideros y "Rialtos" y centros equivalentes de discusión y negocio. Con su aparición regular, con su tendencia a impresionar y su destreza para conseguirlo, con su cabecera uniforme, con su nombre incesantemente repetido, incluso so capa de un anonimato de omnisciente y misterioso empaque, empezó el periódico a convertirse en el cotidiano amigo, compañero y tirano del burgués, verdadero catecismo profano, juez y consejero en los afanes de cada día y allende ellos.

ESTA ES UNA PRIMERA ENTREGA. SEGUIRÉ INFORMANDO EN LA PROXIMA NOTA.
Yocrates

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