miércoles, 19 de junio de 2013

El hombre, como hubo dicho Veit Valentin en su obra Historia Universal, es un ser imperfecto e incompleto. No es necesario ser un erudicto para darse cuenta de una verdad asible a todos y cada uno de nosotros.
Un cúmulo de años no hace que se sumen verdades absolutas. Puede suceder que se dé todo lo contrario y que el cúmulo pueda convertirse por un azar contrario al creído en un túmulo.
Una sola letra, un pasaje mítico o místico puede conducir lo mucho a la nada. El Hades y el Cielo al mismo tiempo.
La razón y la sinrazón cruzando los senderos o caminos, que los audaces magistrados de la justicia confunden en los Fundamentos de las Resoluciones mencionando "la derrota". Una simple palabra le cambia el sentido a lo que el industrioso personaje quiso darle la fuerza y contenido de un aserto, sin darse cuenta que convirtió un hecho supuesto, "en polvo".
Y esto viene a cuento de un miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que en su defensa "homus operandis" le hagan padecer su pasado, cuando pretenden desvincularlo de la mala política, lo protegen asignándole un puesto honorable unciéndolo "socialista".
Quizá, ignorando que el personaje en algún momento de su vida relató que dejó de serlo en el año 1958 y poder deducirse que su decisión obedeció al hecho de que tres años antes de esa fecha -en 1955- el partido político de sus amores compartió un gobierno de "facto", aportando sus máximos pensadores a conformar un mini Congreso "no electo", pero sí elegido por los usurpadores del poder, que fue llamado "Junta Consultiva Nacional" presidida por un oscuro almirante, Isaac F. Rojas y secundado, entre otros, por los señores Américo Ghioldi, Alicia Moreau de Justo, Ramón Muñiz y Nicolás Repetto.
El gobierno usurpador se llamó "REVOLUCIÓN LIBERTADORA".
Por cierto, el cúmulo puede convertirse en túmulo.
Si quieres saber de quien se trata, esfuérzate. Seguramente lo lograrás.

YOCRATES

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