viernes, 31 de mayo de 2013

Un pensamiento del filósofo griego ESQUILO, de su obra  AGAMENON, en el siglo V, antes de Cristo:
"La maldición se revela en los frutos, de las ilícitas osadías, de quienes se muestran más orgullosos de lo que es justo, cuando en exceso sus casas rebosan sobrepasando la medida óptima. Tenga sin daño la riqueza, de modo que pueda bastarle, quien por su suerte ha logrado la sabiduría, pues no es un baluarte la riqueza para el varón que por buscar la saciedad dá un puntapié al grandioso altar de la Justicia, para hacerla desaparecer.
Lo fuerza la insistente Persuación, irresistible hija del Error que actúa de consejero y todos los remedios resultan inútiles. No queda entonces oculta la maldad, sino que se presenta ante los ojos con una luz de resplandor terrible. Lo mismo que acontece con un bronce de mala calidad, que se va ennegreciendo a fuerza del uso y los golpes, así le ocurre al hombre injusto al verse sometido a la justicia --porque es cual un niño que persigue a un pájaro que vuela-- y echa sobre su pueblo insoportable oprobio.
No escucha sus plegarias ninguno de los dioses, que la deidad castiga al hombre que es injusto por frecuentar el crimen. Se pueden ver los silencios de quien se aparta de todo lleno de dolor"

YOCRATES

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