sábado, 29 de octubre de 2011

"CON LAS MANOS ARRUGADAS Y EL CORAZÓN HERIDO"
Señora Beatriz Sarlo: Soy un casi octogenario, 9 años mayor que usted. Luego de leer y releer la mayoría de los artículos publicados en el diario de los Mitre, sobre personas y aconteceres de nuestro país, no pude menos que reflexionar sobre la necesidad que tenemos los mayores de ser tenidos en cuenta. No importa el modo o la forma que empleemos para figurar presente. Nuestras arrugas nos delata un hoy reflejo del pretérito y el corazón necesitado de un "Holter".

Pero, para nosotros, el presente que también viene teñido de futuro, nos limita hasta el paroxismo en el escaso trocir de las circunstancias. Es emblemático proseguir las luchas o disputas por el reconocimiento vívido de la existencia.

Difícilmente podemos planchar las arrugas producto del paso del tiempo. Es duro vivir con el corazón herido.

Fuimos, no es inteligente ni sagaz mostrarnos como paradigmas atávicos. El hoy no es igual al ayer ni lo será al mañana.

Quien nos dió la vida nos la quitará y el mundo seguirá girando y trasladándose alrededor del Sol. Hago votos para que el destino la acompañe en paz.

Con mi mayor respeto.

Yocrates

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