viernes, 15 de julio de 2011

"EL MUNDO FINANCIERO EN EL 2020/2025"

Es una reconocida verdad que el mundo desde su todavía desconocido origen disputa razonamientos controvertidos acerca de que elemento constituye, entre lo natural representado por la naturaleza y lo material recreado por el hombre, sustituyendo en parte o modificando lo que le ha facilitado la tierra o el agua.

La lucha por el Poder ha dado viabilidad a sistemas que habilitaron formas de reciprocidades como el intercambio de cosas y la invención de medios de pagos como el signo monetario.

Los minerales han dado lugar a personalizar, mediante su mimetización, aleación y constitución, a integrarlos en valores de cambio.

Más tarde, éstos sufrieron la memorfosis de ser implementados por innumerables instrumentos representativos, por caso el papel moneda, que circula entre los miles de millones de habitantes del planeta, gracias a la verticalidad del hombre que ha desarrollado un sentido de ubicuidad basado en la fe y la confianza para aceptarlos como valores de cambio.

Países que actúan con la imagen de líderes, han conseguido establecer un reconocimiento sobre que el valor de su papel impreso representa un valor mayor al de otro. Ello ha permitido una supremacía en los intercambios comerciales y como corolario, oculto, a la mayoría de fe e incrédula, de la verdadera intención política del Poder, que ha sido y será, del mayor y más efectivo sistema del reemplazo de los activos tangibles fijos materiales por los instrumentos símbolos intangibles de supuesto valor intrínseco.

El mundo sufrirá hacia la década del 20 de este siglo XXI, de una transformación profunda y dirigirá su intelecto y su acción hacia la revalorización de su verdadera identidad patrimonial, desactivando la función de los países líderes creados en la falacia de un Poder fabricado y sustentado en una emisión de papeles sin responsabilidad intrínseca y maquiavélicamente distribuída en el planeta.

Nada podrá hacerse para recuperar aquellas posesiones mal vendidas aceptando como moneda de pago esos papeles sin responsabilidad del emisor.

Los países abordados con esa particularidad, invadida su soberanía, habrán aprendido por no haber sabido interpretar la historia y la protohistoria, la esencia colonizadora del hombre y sus artilugios para superar la fe y la incredulidad de miles de millones de habitantes del planeta.

Muchos se preguntarán, cual puede ser el objetivo de esta tonta y superflua interpretación del sistema monetario del mundo y yo respondo desde mi imperfecta mirada que la única razón radica, en asentar la lógica, de que el único valor intrínseco que hace realidad al patrimonio, es el resultado de la obtención de lo que dá la tierra y el agua, y si alguna forma hay de restaurar lo ya perdido, es sumamente necesario dedicarse totalmente a reconvertir, desde ya, lo invertido en signos intangibles y transformarlos en activos susceptibles de superar los tiempos.

YOCRATES

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